Capitulo1
Maldita sea, todavía no entendía por que la mandaban a Japón. Estaba toda esa perorata que su jefe le soltó de que era la mejor corredora inmobiliaria que tenia y este era un encargo importante, bla bla bla, puras pamplinas todo se reducía a que no tenia familia. Su reciente divorcio era la comidilla de todo el personal de la empresa y como para no serlo había sido humillada públicamente y luego la venganza que ella realizo fue plana en todas las revistas sensacionalista y todos los programas de chimentos del Rió de la Plata, la joven empresaria de vienes raíces y el jugador de futbol, amor, traición y venganza, claro que estaba en boca de todos y maldita sea si se lo merecía. ¿Cuando su vida se fue a pique? ¿Cuando dejo de ser la niña mimada de la prensa, la realeza del cono sur? Ya no había nada que hacer y era enviada a su exilio por que esto era un exilio mírelo como lo mire no deja de ser un exilio para sacarla del foco de la tormenta. A Japón, seguía sin creerlo por mas que llevaba ya su buen par de horas en el avión que iba rumbo a ese país y no se hacia la idea ella no hablaba el idioma y no pensaba comer pescado crudo, ni ratas, arañas o cualquier cosa extraña ¿por que eran los japoneses los que comían ratas no? O era en china va le daba igual que diferencia había era lo mismo un lugar horrible lejos de su hermosa tierra de su vida. ¿Que iba a hacer allí buscar casitas de papel para vender?
Mientras mas pensaba en el país y en las circunstancia de ese viaje mas rabiaba y mas se nublaba su mente sabia que eran todas tonterías pero que mas da a quien le importaría que una mujer del tercer mundo fuera a un país donde comían perritos, llegado a este punto le daba lo mismo Japón que China para ella eran lo mismo y el estar refunfuñando contra esos países la hacia olvidar el dolor que le causo la traición de ese miserable si solo pensar en el le partía el alma y quería morir. Ella no lloro en ningún momento era considerada una mujer fría y sin sentimientos en su semblante jamás se expresaba nada su rostro era una mascara fría siempre bien arregladas las uñas, su peinado perfecto ni uno solo de sus cabellos fuera de lugar su trajes impecables y de corte a medida la imagen que presentaba era de eficiencia, pulcritud y fría. La prensa la llamo la dama de hielo. Y si que hizo honor a ese apodo cuando se vengo, jamás mostró lo que sentía realmente como el la había destruido por dentro ella quería morir, quedarse en su cama y cerrar los ojos y no abrirlos jamás pero era un lujo que ella no se podía dar. Y allí estaba rumbo a Japón. Sentada en un avión en primera clase mientras un hombre de aspecto grasoso la miraba con deseo en la mirada, no le dedico ni una mirada y cuando el tubo el valor de acercase a hablar con ella lo ignoro ella no gastaría su tiempo hablando con un ser tan simple, por que lo era, su forma de vestir y hasta la de hablar demostraba su simpleza. Ya aburrida de el hombre, del refunfuñé constante de su mente abrió su portátil y decidió ver la casa a la que se dirigía, el palacio Taisho era su destino.
Maldita sea, todavía no entendía por que la mandaban a Japón. Estaba toda esa perorata que su jefe le soltó de que era la mejor corredora inmobiliaria que tenia y este era un encargo importante, bla bla bla, puras pamplinas todo se reducía a que no tenia familia. Su reciente divorcio era la comidilla de todo el personal de la empresa y como para no serlo había sido humillada públicamente y luego la venganza que ella realizo fue plana en todas las revistas sensacionalista y todos los programas de chimentos del Rió de la Plata, la joven empresaria de vienes raíces y el jugador de futbol, amor, traición y venganza, claro que estaba en boca de todos y maldita sea si se lo merecía. ¿Cuando su vida se fue a pique? ¿Cuando dejo de ser la niña mimada de la prensa, la realeza del cono sur? Ya no había nada que hacer y era enviada a su exilio por que esto era un exilio mírelo como lo mire no deja de ser un exilio para sacarla del foco de la tormenta. A Japón, seguía sin creerlo por mas que llevaba ya su buen par de horas en el avión que iba rumbo a ese país y no se hacia la idea ella no hablaba el idioma y no pensaba comer pescado crudo, ni ratas, arañas o cualquier cosa extraña ¿por que eran los japoneses los que comían ratas no? O era en china va le daba igual que diferencia había era lo mismo un lugar horrible lejos de su hermosa tierra de su vida. ¿Que iba a hacer allí buscar casitas de papel para vender?
Mientras mas pensaba en el país y en las circunstancia de ese viaje mas rabiaba y mas se nublaba su mente sabia que eran todas tonterías pero que mas da a quien le importaría que una mujer del tercer mundo fuera a un país donde comían perritos, llegado a este punto le daba lo mismo Japón que China para ella eran lo mismo y el estar refunfuñando contra esos países la hacia olvidar el dolor que le causo la traición de ese miserable si solo pensar en el le partía el alma y quería morir. Ella no lloro en ningún momento era considerada una mujer fría y sin sentimientos en su semblante jamás se expresaba nada su rostro era una mascara fría siempre bien arregladas las uñas, su peinado perfecto ni uno solo de sus cabellos fuera de lugar su trajes impecables y de corte a medida la imagen que presentaba era de eficiencia, pulcritud y fría. La prensa la llamo la dama de hielo. Y si que hizo honor a ese apodo cuando se vengo, jamás mostró lo que sentía realmente como el la había destruido por dentro ella quería morir, quedarse en su cama y cerrar los ojos y no abrirlos jamás pero era un lujo que ella no se podía dar. Y allí estaba rumbo a Japón. Sentada en un avión en primera clase mientras un hombre de aspecto grasoso la miraba con deseo en la mirada, no le dedico ni una mirada y cuando el tubo el valor de acercase a hablar con ella lo ignoro ella no gastaría su tiempo hablando con un ser tan simple, por que lo era, su forma de vestir y hasta la de hablar demostraba su simpleza. Ya aburrida de el hombre, del refunfuñé constante de su mente abrió su portátil y decidió ver la casa a la que se dirigía, el palacio Taisho era su destino.
Lamento decepcionarlas con respecto a la protagonista y pase por Word el documento espero no haber omitido nada esta vez si es así les pido disculpas.
Capitulo 2
Parecía que hace una vida que estaba sentada en ese avión, cuando al fin aterrizaron tenia ganas de besar el piso del aeropuerto. Esto era su peor pesadilla sin lugar a dudas no solo había sido exiliada si no que este lugar era un hormiguero de gente, ella odiaba los lugares donde había mas de tres personas.
El aeropuerto era un lugar impresionante, la arquitectura era una obra de arte en si acero y vidrio funcional y a la vanguardia en tecnología, el lugar encontrabas lo que querías veías grandes pantallas LCD, bares, tiendas, de toda clase ropa libreritas, zapatería, etc. El lugar era totalmente blanco con grandes ventanales de vidrio que lo hacia parecer mas grande y luminoso, era asombroso la gente pululaba por doquier pero estaba todo inmaculado y rechinando de limpio, fuentes y setos de plantas adornaban todo el lugar un jardín interno realmente si sacabas toda esa gente realmente era hermoso.
Cuando termino todo el papeleo y recupero su equipaje se dirigió a donde un hombre vestido con uniforme se veía (el uniforme son todos iguales por eso no lo describo imagínese el uní de un chofer) con un cartel con su nombre.
Gracias a dios era todo lo que podía decir pensó que jamás saldría de ese lugar, tanta gente yendo y viniendo por doquier, cuando llego al coche quería irse a toda velocidad, pero sus expectativas se vieron frustrada por grandes embotellamientos, no podían ir a mas de 60 Km./h realmente esto era una pesadilla cuando saldría de allí.
Llevaba ya cuatro horas y media y el chofer no dejaba de verla lo cual le fastidiaba en grado sumo es que no le enseñaron modales quedarse viendo a una persona fijamente es de mala educación y mas si vas al volante.
Sabia que era llamativa por su maldito cabello, cobre viejo si algún día encontraba a sus padres biológicos les diría unas cuantas cosas sobre traumas infantiles ocasionado por la insensatez de padres que no piensan antes de hacer las cosas.
Por lo general lo llevaba recogido en un moño tirante en la nuca, pero por lo largo de el viaje lo dejo suelto enmarcando su rostro pálido sus ojos verdes eran fríos, vestía un traje negro de 3 piezas cómodo elegante y sobretodo recatado.
Hacia ya varias horas que solo veía maleza alado del camino sin rastro de vida, el coche bajo la velocidad y doblo en un camino de tierra repleto de maleza, cuando el coche paro su marcha ella quedo contemplando la edificación que tenia a su derecha y no daba crédito a lo que veía.
—La mansión Taisho—dijo el hombre confirmando lo que ella no quería reconocer.
Bajo de el coche y algo titubeante empezó a entrar en la mansión, el lugar estaba en ruinas, por doquier tela de arañas, se veía hojas, polvo, todo demostraba un gran deterioro el lugar se derrumbaría en cualquier momento, cuando iba a dar un paso mas dentro del recinto vio una cola larga fina y un grito de terror se escapo de sus labios.
—RATA— salio corriendo del lugar para descubrir una sorpresa muy desagradable.
El coche no estaba sus maletas estaban en el suelo y ni rastro de el chofer y el coche.
Maldiciendo ya sin importarle si alguien la escuchaba o no era oficial ESTABA EN EL INFIERNO.
El lugar no era habitable ni en un millón de años, recordó que a 2 horas de camino vio un pueblito, abrió su maleta y busco su ropa de deporte ya que no llegaría lejos con tacones, se puso sus pantalones de ejercicio una sudadera y las zapatillas, emprendió el camino para buscar alojamiento.
Llego al pueblo deseando un vaso de agua, la gente la veía con curiosidad y cuando ella se acercaba a hablarles entraban en sus casas dejándola sola.
Esto es el colmo que mal educados, miro a su alrededor era un pueblo que se quedo en el tiempo parecía no haber avanzado nada en muchos años las mujeres vestían los kimonos tradicionales y los hombres vestían igual (no se como se llama a la vestimenta masculina) excepto por la luz eléctrica y uno que otro coche o ciclomotor todo estaba como 100 años atrás.
Un joven la observaba con atención, ella lo vio el vestía con unos tejanos ajustados y una camisa a cuadros, el cabello negro lo tenia algo largo sobre la frente y estaba despeinado pero al acercase vio que no era japonés y corrió donde el estaba.
—Hola ¿podrías ayúdame?—le pregunto no bien estuvo cerca de él.
—Claro, me llamo Todd soy de la cruz roja— extendió su mano hacia ella, sonriéndole con amabilidad.
—A que alegría, soy Luz, ¿por casualidad sabes donde hay un hotel en este pueblo?—
—No hay ninguno—el joven sonrío y se rasco la cabeza en señal de incomodidad.
— ¿Qué?, ¡eso no puede ser!— cuando terminaría este maldito día
— No puedo ayudarte con eso, yo me quedo en la casa de uno de los aldeanos—
—Quiere decir que tendré que pasar la noche en esa ruina de mansión— el desagrado era tangible en sus palabras.
—Lo lamento. ¿Te refieres a la mansión Taisho? Realmente pasaras la noche allí— él joven la miraba con curiosidad
— ¿No me queda de otra o sí? ¿Por que?— pregunto la joven algo sorprendida
—Por que esta embrujada—